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War Requiem, Benjamin Britten (primera parte)

  • Paz Parra
  • 16 sept 2015
  • 3 Min. de lectura

Estaba yo a finales del año pasado hablando con mi amigo Alex, contratenor por cierto, sobre que el Coro Sinfónico cantaría el Carmina Burana y que no lo habían dejado cantar..."yo también quería pedir que me dejaran cantar el Carmina Burana" dije yo. En fin para otra vez será, me dije, que tanto tiempo no tengo. Para quienes no lo saben, el Coro sinfónico de la Universidad de Chile fue fundado el año 1955 por personas que solo querían juntarse a cantar, y que se ha transformado en uno de los coros más importantes del país. Es un coro amateur, que ensaya tres veces por semana, con personas que vienen de sus trabajos y personal estable dependiente de la Universidad de Chile. Yo canté en ese coro mucho tiempo, desde que tenía 20 años, y pensaba que seguiría cantando ahí por mucho tiempo más, pero no ocurrió por varias cosas con las que me fui tropezando.

Volvamos al tema, varios días después veo un video navideño del sinfónico con mi amigo Alex cantando, él es un poco extrovertido, ...y me dije...¿Cómo? ¿no que no lo habían dejado cantar?...así que me aproveché de la situación y le escribí a la jefa de cuerdas de soprano y me dijo que no, que no podía ir a cantar...

El destino quiso que las sopranos tuvieran una agenda social muy ocupada en Enero, por lo que terminé siendo convocada, dado mi interés mostrado, y además me gané una invitación a cantar el Requiem de guerra de Britten en Octubre por el aniversario del coro y el ballet, ¡La primera obra que canté con el sinfónico!, que además estaba pensado para hacerse con ballet y orquesta y coreografía, con el CORO EN EL ESCENARIO INTERACTUANDO CON EL BALLET (banch). Yo creo que puse los ojos como plato, y dije, si, si yo quiero, yo quiero, yo quiero....voy a estar "desocupada" yo quiero.

Y aquí estamos, en lo personal adoro esta obra, es increible como Benjamin Britten (1913-1976) supo ponerle música a la guerra y a la paz al mismo tiempo, a la reconciliación, al nunca más, pero también al horror, al miedo, a la amista en la guerra, al arte en la guerra. La obra intercala el texto tradicional de la misa de Requiem en latín, con los poemas de Wilfred Owen, quien murio en la primera guerra mundial a los 25 años. Es sin duda una obra magistral y monumental, pero como toda música contemporanea necesita el contexto con mucha más fuerza que una melodiosa obra de Mozart o Handel, incluso Verdi. Britten necesita contexto, necesita traducción, necesita comprensión, necesita su historia, no se si en 100 años no tendrá tantas necesidades, pero la verdad espero que si, hay músicas que por ser tan "sencillas" de escuchar van perdiendo su esencia porque nadie se molesta en entenderalas hacia donde van o de donde vienen.

Yo estoy ensayando desde principios de Junio, acompañando a mi coro querido, la semana pasada tuvimos nuestros primeros dos ensayos en el teatro de la Chile, con el maestro Mathieu Gilhaumon, ayer completamos las marcas de movimiento de toda la obra, no es fácil trabajar con 100 personas dando vueltas en un escenario, es un proyecto ambicioso, y prefiero pertenecer al grupo de personas que tiene fe, y piensan que va a salir bien, que será una experiencia entretenida y maravillosa. Me dejo mi primera pregunta ¿Cómo se hace para motivar el arte? ¿Cómo se hace para cantar el Requiem de Guerra como si se estuviera cantando El Mesías? (con esas ganas quiero decir) No es una obra que pretenda mostrar belleza, pero la tiene. Ya les contaré como nos va.

 
 
 

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