Le Trèbuchet de Hector Berlioz, para Mario.
- Paz Leonora Parra
- 4 nov 2015
- 2 Min. de lectura
Hace poco más de un mes que falleció Mario Lobos, el pianista acompañante y amigo de innumerables cantantes chilenos. Su muerte me afectó muchísimo, me titulé en Abril y solo lo ví una vez después de ese evento, pero durante cinco años y pocos meses estuve con él casi a diario. Me enseñó muchísimas cosas, y me transmitió sobre todo un gran amor y devoción por la música. No teníamos una relación tan fluida, pero la verdad existía harto cariño y también hartos desencuentros, que luego de tanto tiempo confluyeron en reirse un poco el uno del otro conjuntamente. He lamentado mucho no poder recurrir a él el último tiempo, sé que dejó un vacio muy grande en muchos lados y en muchos corazones, su muerte fue realmente inesperada para todos, si bien yo estoy en otra senda, aquellos que debían seguir trabajando con él lo hechan muchísimo de menos y para que decir aquellos que tenían con él una relación de amistad muy estrecha. Sé que no podremos olvidar como nos retaba, como se tomaba la cabeza cuando algo no salía bien, como nos reclamaba por las inasistencias, como no perdonaba su té, pero todo eso lo hacía porque amaba la música, realmente la amaba. Luego de su muerte decidí por fin lanzarme con este blog y publicarlo, con todas sus inperfecciones y ganas de hacer algo por la música.
Quiero recordarlo con esta canción que trabajamos en música de cámara y nos hizo reír y sufrir muchísimo durante los ensayos, un poco así como regalo de cumpleaños para él, que fue el 27 de Octubre. Le Trébuchet de Hector Berlioz (1803-1869). Cuenta la historia de una pastora, Lison, que es abordada por un pastor que la espiaba entre los arbustos, de la cual ella se defiende valientemente, pero que termina enamorada ardientemente y vuelve una y otra vez al mismo lugar para ser "atacada" nuevamente. Mientras el pastor la observa de lejos, la quiere y se acercará nuevamente, pero no sabemos cuando.
Le Trébuchet
Lison guettait une fauvette Dans un buisson. Tout auprès, l’amour en cachette Guettait Lison. L’oiseau s’enfuit; Lise, surprise Par un amant, Au trébuchet se trouva prise, Ne sais comment.
La bergerette avec courage Luttant déjà, Du joli piège sous l’ombrage Se dégagea. Deux jours après, l’âme brûlante D’un doux émoi, Elle revint, pâle et tremblante, Ne sais pourquoi.
Deux jours plus tard, grandes alarmes. Pauvre Lison Attendit seule et toute en larmes Près du buisson. Le beau berger guettait loin d’elle Minois piquant. Il reviendra vers sa fidèle. On ne sait quand.
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